¿Realmente practicas el pensamiento positivo?
Muchas veces en la consulta, la gente dice que saben y practican el pensamiento positivo. Se repiten frases, las construyen correctamente,… pero cuando ya han terminado su ejercicio, lo que hablan y expresan durante todo el día no es acorde a ese pensamiento positivo, e incluso destruye todo ese trabajo que han realizado.
Hay que aprender a observar cuál es nuestro vocabulario a la hora de expresarnos. Recordad que vuestra mente aprende constantemente y está receptiva a todos los estímulos que provocamos en cada segundo. Se ha demostrado científicamente que las células escuchan todos los sonidos de nuestro alrededor y, afectan o benefician, depende de como lo utilicemos.
Os invitamos a que os observéis y vayáis rectificando todas aquellas expresiones que os puedan dañar, haciéndoos sentir mal o bloqueando vuestras metas. Por esta razón, leed atentamente las siguientes situaciones que vivimos diariamente y observad cómo os influyen en vuestra forma de pensar, en vuestra forma de vivir.
Situaciones diarias que influyen en nuestra forma de pensar y en el pensamiento pensamiento positivo:
Cuando hablamos con los demás
El habla es nuestra forma más natural de comunicarnos y, en función de con quien estamos, nuestro tono, nuestro vocabulario y nuestra expresividad es diferente en cada momento, ya que no utilizamos las mismas palabras cuando hablamos con la pareja, los hijos, el jefe, la suegra,…. Con cada uno hemos adaptado nuestra forma de hablar, y lo hacemos de una forma natural y mecánica.
Por esta razón nuestra mente ha cogido ya unos hábitos de expresión que en muchas ocasiones ya no controlamos.
Al utilizar nuestra parte de la mente inconsciente a la hora de hablar utilizamos expresiones que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida tales como por ejemplo, «no puedo», «no soy capaz», «y si pasara…», «para que lo voy a intentar», «vaya mierda…», «yo no critico pero creo…», «no tengo dinero para…».
Comienza a tomar consciencia de lo que hablas y substituye estas frases que te transmiten limitaciones, miserias, tristezas, autocríticas,…. , por «estoy trabajando para conseguirlo», «cada vez llegaré más a…», «no lo he hecho nunca pero lo haré lo mejor posible», «reconozco que esto es nuevo para mi»,…
Recuerda que todas las frases tienen que lograr motivarte de una manera consciente y grabar en tu mente un nuevo «disco duro» donde la palabra clave sea «soy capaz de conseguirlo todo». Esto solo se puede lograr con el día a día, no solo practicando diez minutos una frase positiva. Haz que este ejercicio sea el principio de un cambio permanente.
Cuando «criticamos» a los demás
La crítica forma parte de nuestra vida cotidiana hasta tal punto de que, en muchas ocasiones, estamos criticando y no nos damos cuenta de ello, juzgamos a los demás dando opiniones de como pueden hacer las cosas mejor a nuestros ojos.
Disfrazamos esta conducta normalmente diciendo que son consejos que damos, sin embargo muchos de esos consejos no son pedidos y se convierten en críticas que ha veces no son muy constructivas.
Al criticar a los demás nuestro cuerpo genera una cantidad de energía que es desperdiciada sin ningún valor añadido. Sin embargo, lo que es peor, es que nuestro cerebro graba todas estas críticas negativas en nuestro archivo inconsciente llenándonos de negatividad.
Cuando se hace una crítica normalmente utilizamos expresiones en un tono negativo y en muchas ocasiones imperativo para que nuestra crítica sea más escuchada por el otro con la intención de dar fuerza a nuestras palabras, pero hay que recordar que toda palabra dicha por nuestra boca no solo lo procesa nuestra mente, sino que lo escuchan nuestros oídos y, en función del énfasis con el que hablamos, mayor impacto tienen nuestras palabras en nuestra vida, en mayor grado queda escrito en nuestro cerebro.
Las críticas, el juicio hacia los demás, nos hacen que nuestro cerebro vea la vida como una lucha constante, como un error constante sobre todo lo que hagamos. Os aconsejamos que seáis prácticos, y que vuestros consejos sean siempre positivos para que el otro se de cuenta por él mismo qué tiene que hacer o cambiar en su vida. Os aconsejamos que no deis un consejo si no os lo han pedido, vuestra vida será más fácil y os sentiréis mucho más felices.
Cuando escuchamos música, vemos películas o leemos libros
Por todo lo que ya hayáis leído entenderéis que todo el contenido que veis en la televisión, en la lectura e incluso en la letra de las canciones tiene influencia sobre vosotros.
Las expresiones utilizadas por los personajes de nuestras novelas hacen que nuestra mente procese de una forma o de otra nuestra realidad, hasta tal punto que utilizamos expresiones que hemos escuchado en un programa de televisión o bien en una película.
Por esta razón os recomendamos que seáis consciente de todo lo que leéis y la influencia que tiene en vosotros, no solo por el contenido que comprendéis ( so es otro tema) sino por las palabras utilizadas. Mayor palabras negativas mayor negatividad en nuestra vida.
Cuando los demás hablan con nosotros
Del mismo modo cuando estamos hablando en una simple comida familiar, o bien en el trabajo con personas que solo hablan de sus problemas y de lo difícil que es la vida, sus expresiones también afectan no solo a nuestro estado de ánimo del momento sino también a nuestro estado de ánimo del futuro, ya que queda grabado en nuestra consciencia.
Intentad hablar de temas positivos y cuando se producen situaciones negativas sed consciente de que esto no os afecte.
Como puedes ver, el poder de la palabra o del lenguaje
está presente en nuestra vida en todas las actuaciones que hagamos.
Si sabemos utilizar bien este poder haremos que nuestra vida sea plena, esté llena de alegría tanto en nuestro interior como en nuestro entorno.
Si nos fijamos como hablamos, podemos ir cambiando progresivamente expresiones de limitación que utilizamos con normalidad en nuestra vida. Debemos usar expresiones de alegría y de «yo sí puedo» y así llegará un momento que nuestro cerebro, nuestra mente, tendrán totalmente grabada esta información sin la necesidad de tener que estar pendiente de ello, logrando de esta forma que nuestra vida fluya y tener una percepción del mundo muy diferente.
En cuanto a los demás, del cómo nos hablan, de todos los anuncios publicitarios que nos rodean, solo con ser conscientes de que esto nos afecta negativamente, deja en este preciso momento de afectarnos, es decir, cuando somos consciente de una situación, nuestro cerebro ya no la graba inconscientemente sino solo si nosotros lo deseamos. Darnos cuenta de lo que sucede hace que podamos filtrar lo que queremos en nuestra vida.
Disfruta de las palabras, del lenguaje, del sonido porque gracias a la comunicación, gracias al lenguaje podemos llegar a ser felices, ¡mira cómo hablas y te diré quién eres y cómo eres! ¡Tú puedes!
Karina Rando